Dos oclusivas glotalizadas se reducen al mero saltillo en la coda de una sílaba:

Reducción de /b/

En algunos dialectos de la lengua, el fonema /b/ es – mas o menos fuertemente – implosivo, o sea, se pronuncia [ɓ]. La implosión es una especie de glotalización que se conserva en la reducción fonética que se observa en final de sílaba: en esta posición, el fonema /b/ se reduce a la oclusiva glotal. P.ej.: in k'aba' [ink'abaʔ] esta mi manoin k'ab [ink'aʔ] mi mano.

Lo mismo ocurre cuando la posición final de sílaba no es final de palabra. Así tenemos le xiba' este machoxib [ʃiʔ] machoxibpaal / ʃiʔpaːl / muchacho. Por glotalización de la vocal, esta última forma acaba generalmente dando [ ʃiʔipah ] > [ ʃiː̰pah ].

Esa reducción se da también si una /b/ acaba en la coda de una sílaba en consecuencia de algún otro proceso. Existen los siguientes casos:

  1. Una /b/ puede encontrarse en posición final de sílaba después de la aplicación de la síncope. P.ej.: Bik lúubukech! Que no te caigas!; con síncope bik lúubkech; con reducción de la /b/: [ bik lṵ́ːkɛʧ ].
  2. El morfema subyacente de voz pasiva es {b}. Originalmente, se combinaba como sufijo con una raíz transitiva primitiva, p.ej. *{kon-b} ser vendido. Por metátesis (v. la sección sobre la voz pasiva), el sufijo se convierte en infijo, y la /b/ acaba en la posición inmediatamente antes de la consonante final, dando {kobn}. En esta posición, la /b/ se convierte en /ʔ/ por la presente regla de reducción. Así, la forma del ejemplo se convierte en ko'n.

Reducción de /k'/

De manera semejante, el fonema /k'/ se reduce a [ʔ] cuando está en final de sílaba y seguido, adentro de una palabra, por una sílaba que empieza por consonante. P.ej.:

Ambivalencia fonética

Resulta que un saltillo [ʔ] al final de una sílaba adentro de una palabra puede representar tres fonemas diferentes: